jueves, 10 de abril de 2008

Atención Sociosanitaria en Toxicomanías

Por Antonio Sola Bautista

El consumo de drogas constituye un problema de salud pública, entendido este término en su más amplio sentido, para comprender en él no sólo los problemas de carácter estrictamente sanitario, sino también los que afectan al bienestar personal y familiar de los afectados y las consecuencias sociales que conllevan las drogodependencias.

Debido a este motivo, de los ámbitos de actuación con población con toxicomanías destacaría la Atención integral como aquellas acciones encaminadas a cubrir las necesidades de atención sanitaria y la integración sociolaboral de estas personas.

Entre estas acciones podríamos destacar:

  • Programas de detección e intervención precoz del consumo de drogas en Atención Primaria de Salud.

  • Seguimiento psicológico de las personas atendidas en Urgencias por intoxicación de sustancias psicoactivas.

  • Favorecer los dispositivos asistenciales, promoviendo los programas de reducción de daños.

  • Programas de Acogida dirigidos a consumidores en riesgo de exclusión social.

En la Atención Sociosanitaria en personas con toxicomanías, se trata de reanudar el camino hacia la normalización, lo que supone que la atención sanitaria la lleve a cabo la red sanitaria pública. Pero esto no quiere decir que no sea necesaria la coordinación con las redes sanitarias privadas.

Existen dispositivos y recursos destinados a atender a este colectivo con una mayor vulnerabilidad personal y relacional que no accede a los Centros de Atención y presentan graves patologías orgánicas, psicológicas y carencias sociales, con el objetivo de:

  • Proporcionar atención sociosanitaria básica inmediata.

  • Reducir daños y riesgos en la conducta adictiva.

  • Aproximarles y motivarles para su acceso a la red de atención.

  • Facilitar el acceso de los beneficiarios del servicio a los recursos sociales y sanitarios normalizados.

  • Prevenir y paliar una serie de consecuencias negativas que frecuentemente aparecen asociadas al consumo de drogas.

  • Facilitar el ingreso de los afectados en otros dispositivos asistenciales.

  • Mejorar de la calidad de vida: mayor higiene, curas, el autocuidado, alimentación básica, control sanitario (tratamientos, etc), actividades de ocio alternativas al consumo, material higiénico para el consumo e información sobre diversos aspectos relacionados con la salud y los recursos sociales.

  • Prevenir la transmisión de enfermedades infecto-contagiosas relacionadas con el consumo de drogas por vía parenteral u otras drogas de riesgo habituales entre el tipo de población atendida.

Por tanto, en las redes sanitarias (públicas o privadas), se desarrollan una serie de programas adaptados a las necesidades y consecuencias que sufren estas personas adictas a diferentes sustancias psicoactivas. Todos ellos están constituidos por un conjunto de intervenciones sanitarias, psicológicas y sociales destinadas a extinguir o reducir los efectos nocivos del consumo.

Estos programas se ordenan en tres grupos, que a continuación se detallan:

  • Con relación al tipo de sustancia consumida (opiáceos, alcohol, cocaína, cannabis, etc).

  • Programas transversales de atención (de reducción de daños y riesgos, y de atención a las familias).

  • Programas de atención a colectivos con características específicas (a adolescentes, a población gitana, a drogodependientes sin hogar, etc).

Asimismo, estos Centros de Atención y seguimiento están formados por equipos de profesionales de diversas disciplinas (médicos, psicólogos, trabajadores sociales, ATS/DUEs, etc), que diseñan en cada caso, y según la persona que necesita este tipo de atención, la modalidad de tratamiento más indicado.

Existen varios tipos de tratamientos de las toxicomanías:

  • Tratamiento Farmacológico (tratamientos libres de drogas, programas de mantenimiento con metadona, programas de mantenimiento con antagonistas, con agonistas, etc).
  • Terapias Cognitivo-Conductuales y Motivacionales (“Terapia Racional-emotiva” de Ellis, “Reestructuración Cognitiva” de Beck, “Modelo de Prevención de recaídas” de Marlatt y Gordon, “Entrevista Motivacional” de Di Clemente y Prochaska, Técnicas de Relajación, Autocontrol, Grupos de Autoestima, de Autoayuda, Biohipnosis, Autoinstrucciones, etc).

  • Terapia Psicodinámica con técnicas de inspiración psicoanalítica (“Alianza Terapéutica”, “Técnica del Encuadre”, “Transferencia”, etc).

La integración de los enfoques terapéuticos (Modelo biopsicosocial) representa actualmente la alternativa de elección para el tratamiento de las toxicomanías. Combina la psicoterapia en sus distintos enfoques y la farmacoterapia, integrando su dimensión somática y psicosocial.

Este enfoque se centra, pues, en tres principios:

  1. Abordaje integrado: Psicoterapia y Farmacoterapia.

  2. Categorización de los distintos tipos de consumidores.

  3. Utilización del enfoque cognitivo conductual y motivacional.

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