miércoles, 15 de diciembre de 2010

José Javier Soto pronuncia la ponencia inaugural de la Jornada sobre Capacidad Jurídica y Discapacidad

José Javier SotoMérida, 15 de diciembre. José Javier Soto, director del proyecto ‘Capacidad Jurídica y Discapacidad’, ha defendido en su ponencia inaugural la necesidad de mantener la ilusión que generó la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, para aprovechar con responsabilidad la oportunidad histórica que nos brinda para avanzar en el desarrollo de los derechos humanos.

En un discurso contenido y vibrante, que comenzó con referencias a las reflexiones que, tras la aprobación de la Convención, pudo compartir con personas como Miguel Ángel Cabra de Luna, Yanis Vardakastanis, Johan Geuzendam, Garald Quinn y Gábor Gomos, entre otros, Soto ha recordado que el corazón de la Convención es su artículo 12, que habla de principios como la dignidad de la persona, la autonomía, la igualdad y la solidaridad, y se ha mostrado firme al afirmar que el sistema actual de tutela es incompatible con la convención, pues aunque el artículo 12 no cita expresamente la tutela, la Convención establece que las medidas de apoyo deben adoptarse en el tiempo más breve posible, algo que la actual regulación de los procesos de modificación de la capacidad hace imposible.

En opinión de Soto, existen dos orientaciones doctrinales radicalmente opuestas en relación con el tema de la regulación de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad: la primera de ellas afirma que la Convención exige abordar un cambio radical. La segunda no ve la necesidad de cambios esenciales en nuestra legislación, y considera suficiente un cambio terminológico. Soto se ha decantado claramente por la primera, puesto que “de nada vale cambiar el nombre si no se cambia la sustancia, si se mantiene como eje de la regulación la falta de respeto a la autonomía de la persona”.

Transcurridos cuatro años desde la aprobación de la Convención, Soto considera que de la ilusión y de la esperanza inicial se ha pasado a una situación en la que, aunque muchos somos conscientes de que debemos adaptar la legislación a la convención, vemos también como muchos otras buscan justificaciones para adoptar posturas cómodas y conformistas, con el argumento de que nuestra legislación ya estaría adaptada a lo que la Convención exige. Frente a estos posturas, Soto ha defendido que se debe mantener la ilusión que generó la Convención,
Bajo estos parámetros:

Igualdad, respeto a la autonomía, medidas de apoyo proporcionales y adoptadas en el tiempo más breve posible: “Debemos seguir desarrollando el sistema de apoyos, pero desde los parámetros que marca la convención. No me gustaría abandonar la ilusión que en un momento tuvimos, no me gustaría resignarme a la pérdida de una oportunidad esencial. De nosotros dependerá que la Convención sea de verdad un texto fundamental para el desarrollo de los derechos humanos”.

Tras afirmar que su sensación personal es de esperanza, Soto ha concluido su disertación con una llamada a trabajar por el pleno desarrollo de la Convención Internacional de los derechos de las personas con discapacidad “Tenemos una responsabilidad y una oportunidad, Aprovechémosla”.

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