miércoles, 13 de abril de 2011

La discapacidad en Ceuta y Melilla

La Revista cermi.es publica, en su último número, un reportaje sobre la discapacidad en Ceuta y Melilla. El CERMI ha promovido un estudio sobre la situación y las necesidades de la población con discapacidad en estas dos Ciudades Autónomas. El reportaje presenta algunos de los principales resultados del mismo. Agustín Huete, Director de InterSocial y co-autor del estudio reflexiona acerca de las particularidades de Ceuta y Melilla respecto a la atención a las personas con discapacidad.


Cuando la singularidad condiciona

La discapacidad en Ceuta y Melilla

cermi.es MARZO / ABRIL 2011

El tamaño reducido de sus territorios, su ubicación, su cultura y otros aspectos sociales y económicos, condicionan la forma de vida de Ceuta y Melilla y propician que ambos sean los territorios con las más altas tasas de población con discapacidad en España. Las personas con discapacidad se enfrentan así con dificultades extraordinarias, principalmente relacionadas con la asistencia sanitaria, la educación y el empleo.


Así queda constatado en el estudio que el CERMI ha promovido, “Estudio sobre la situación y necesidades de las personas con discapacidad en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla”, realizado con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad durante el año 2010. Se trata del primer acercamiento a la realidad de las personas con discapacidad en Ceuta y Melilla, algo que resulta esencial en el diseño de políticas que pretendan mejorar el entorno y las condiciones de vida de este grupo social. Los principales resultados del estudio destacan que “el enclave geográfico, la alta densidad de población de un territorio de pequeña extensión, la presión de la población flotante demandante de servicios y la falta de recursos de atención específica a la discapacidad hacen que exista tanto en Ceuta como en Melilla una gran competencia por el acceso a los recursos sociales (educativos, sanitarios, formativos, laborales…) relacionados específicamente con la discapacidad”. Pero hay otro factor que condiciona también la vida diaria de estas personas, se trata del marco competencial de las Administraciones Públicas en Ceuta y Melilla. Ambas Ciudades Autónomas cuentan con un estatuto que no les confiere competencias sobre servicios básicos: educación, sanidad, servicios sociales y autonomía personal y dependencia entre ellos, ni capacidad legislativa. Por ello, el resultado es un marco legal menos complejo, pero también escaso a veces, que limita notablemente la capacidad de autogobierno, el desarrollo normativo y la gestión de servicios relacionados con el bienestar.


Empezar por la educación

El estudio reconoce los problemas que hay en el sistema educativo: “Se favorece excesivamente la derivación de alumnos con discapacidad a los Centros de Educación Especial”. En este sentido, la inclusión educativa en ambas ciudades es relativamente efectiva en los primeros niveles, pero tiene grandes dificultades a partir de la educación secundaria. Según Agustín García Huete, sociólogo y director del estudio, las principales dificultades se deben a las limitaciones de recursos, sobre todo a aquellos relacionados con la escasa construcción de nuevas infraestructuras. Y en este aspecto coincide con la presidenta del CERMI Melilla, Pilar Pérez Bermúdez, quien afirma que en Melila hay un gran número de centros educativos, pero pocos realmente adaptados. Y explica este problema y otros que acechan a la base de la formación de toda persona: “Hay miedo al coste económico que pueda ocasionar la adaptación de los centros, ya que suele implicar una inversión importante. Pero hay otro tema que destacar, y es cierta ignorancia por parte de los educadores sobre discapacidad, lo que provoca que cojan miedo a que haya niños de integración en los colegios porque piensan que eso podría retrasar el nivel del resto de alumnos. Falta mucha sensibilización. Los padres de algunos niños sin discapacidad expresan, a veces, el miedo a que sus hijos bajen de nivel por tener un compañero con discapacidad o que ellos tengan que pagar más dinero para costear los gastos. Debería haber un compromiso mayor por parte del Ministerio de Educación en cuanto a lo que es la verdadera inclusión y esto debería acometerse a través de la formación y la información. La información es básica para quitar el miedo, pero la formación también es fundamental”. Los problemas son similares en Ceuta, tal y como expresa Mercedes Medina, presidenta del CERMI Ceuta: “En materia educativa, existen colegios específicos para algún tipo de discapacidad, apoyos específicos para personas con discapacidad auditiva, pero la inclusión de los estudiantes con discapacidad es bastante regular y aquí el fracaso escolar en general es muy elevado y en el caso del sector de la discapacidad también”. Para Agustín García Huete, al igual que ocurre en la atención sanitaria, la dotación de recursos educativos es adecuada para atender a una población del tamaño de estos municipios, pero las necesidades de la población son extraordinarias, hecho por el que los recursos se revelan escasos. Y añade: “Los recursos dedicados a la escolarización de alumnado con necesidades especiales (entre los que se cuentan alumnos con discapacidad, entre otros con especiales dificultades para la escolarización) se encuentran muy presionados fundamentalmente por las necesidades de atención a niños de origen extranjero con grandes dificultades idiomáticas, lo cual puede repercutir indirectamente en la escolarización de los alumnos con discapacidad”.


Problemas con la sanidad

El otro aspecto que destaca el estudio por las graves consecuencias en la atención a las personas con discapacidad es el sanitario. En Ceuta y Melilla, las personas con discapacidad se ven perjudicadas con más frecuencia e intensidad por la falta de recursos especializados y la necesidad de desplazarse fuera de su ciudad para recibir atención sanitaria adecuada. Según García Huete: “La oferta de especialidades en atención sanitaria, aunque es amplia, determina la necesidad frecuente de acceso a pruebas, hospitalización u otras intervenciones en recursos de la Península, lo cual obliga a las familias a realizar un esfuerzo extraordinario para acompañar a sus familiares en esas situaciones. Esto es especialmente evidente en familias de niños con discapacidad y en familias de personas con enfermedad mental”. Melilla se encuentra casi a 600 kilómetros de distancia de Ceuta. “Parece que estamos cerca”, afirma Pilar Pérez Bermúdez, pero es una gran distancia. Una vez más, la situación geográfica pesa, pero más para aquellos que presentan una discapacidad. “Carecemos de especialistas y tenemos un hospital comarcal que está desbordado, ya que atiende a la ciudad de Melilla y a la ciudad cercana de Nador, que pertenece a Marruecos, y eso hace que tengamos que desplazarnos a la Península. Y aunque suele haber ayuda por parte de los servicios sociales de la ciudad, entendemos que no son las fórmulas más adecuadas. El primer vuelo hacia la ciudad de Málaga y el último vuelo de vuelta van absolutamente llenos con las personas que van a hacerse pruebas. Hay veces en las que pueden ir y volver en el día, pero en otras ocasiones se ven obligados a hacer noche y esto supone otro gasto económico añadido. Por su parte, los médicos del hospital comarcal tienen muy buena intención y hacen todo lo que pueden, pero tampoco son especialistas en discapacidad, así que no tienen recursos para tratarnos”. En el caso de Ceuta, la situación no parece ser tan grave, ya que en los últimos tiempos se han ido incorporando nuevos especialistas, pero sigue habiendo problemas. Así lo cuenta Mercedes Medina: “En el aspecto sanitario, cada vez tenemos más cosas, aunque nos gustaría que hubiera de todo, pero entendemos que hay muchas ciudades en España que tampoco tienen de todo, pero la diferencia es que nosotros tenemos que coger el barco para llegar a esos médicos. Y en cuanto a los barcos, hay de distintos tipos y algunos son accesibles y otros no, de tal forma que una persona con movilidad reducida o en silla de ruedas tiene que seleccionar previamente el modelo de barco para acceder a él o no”.

Autonomía Personal y centros de día

Si hay algo en lo que no parecen estar en desventaja estas dos ciudades es en la aplicación de la Ley de Autonomía Personal. Según el estudio, Ceuta y Melilla son los territorios más eficaces de España en el procedimiento de tramitación de solicitudes relacionadas con la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Sin embargo, la cobertura de servicios relacionados con el SAAD es escasa en los recursos de atención de día y servicios residenciales, especialmente en Ceuta. Además, el 77,2 por ciento de las prestaciones concedidas en Ceuta y el 61,5 por ciento en Melilla, son de tipo económico, siendo minoritarias las prestaciones en forma de servicios de apoyo. A juicio del sociólogo García Huete: “El perfil de las prestaciones es fundamentalmente de tipo económico, seguramente por la dificultad de encontrar prestaciones en forma de servicios de apoyo, también dadas las especiales dificultades de acceso al empleo”.

En el caso de los centros de día y las residencias, para Melilla supone un grave problema pues carece de ellas y los usuarios deben trasladarse a la Península. Así lo explica Pilar Pérez Bermúdez: “Se va a construir un centro para personas con discapacidad física, que va a ser centro de día y residencia para grandes dependientes, pero hasta ahora, la solución es trasladar a estas personas a centros de la Península provocando un sentimiento de desarraigo importante, porque su familia no puede desplazarse regularmente a visitarles. Este centro surgiría para paliar y subsanar este desarraigo, y va con retraso, pero la obra está ahí y confiamos en que puedan finalizarla pronto.” En otros casos, las personas con gran dependencia han querido volver a sus casas pero no han podido porque no tienen las adaptaciones suficientes para entrar en ellas, puesto que no son accesibles.

En Ceuta, el problema en este sentido es también acuciante. Lo cuenta Mercedes Medina: “No existen centros de día para personas con discapacidad y nuestra petición desde hace años ha sido que se construya un centro o residencia para personas con discapacidades sensoriales o intelectuales. Además, a las personas con enfermedad mental grave se las interna fuera de Ceuta, y no es la solución que queremos”.


Empleo y más

Según los datos de la Encuesta de la Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD 2008), la tasa de actividad de las personas con discapacidad era del 13,8 por ciento en Ceuta y del 21,5 por ciento en Melilla, ambas lejos de la tasa para la población con discapacidad en España (35,5 por ciento) y, a su vez, muy lejos de la población general (74,87 por ciento). De igual forma, las tasas de paro para la población con discapacidad eran un 34,8 por ciento en Ceuta, un 23,2 por ciento en Melilla y un 20,9 por ciento en España, en 2008, antes de la crisis económica. Según el experto y autor del estudio: “Ceuta y Melilla son municipios con un mercado laboral limitado, muy dependiente del sector servicios y de la administración pública, que es el principal motor económico. La iniciativa más llamativa de generación de empleo para grupos en riesgo de exclusión, denominada ‘Planes Especiales de Empleo’ genera una cantidad considerable de oportunidades de empleo que repercuten directa e indirectamente en la población con discapacidad, pero tiene algunos efectos negativos sobre la estabilidad laboral y la estimulación de la búsqueda de empleo en otras parcelas.

Existe, además, un gran margen de mejora en los sistemas de formación para el empleo que forman parte de las políticas activas de empleo dependientes del Servicio Público de Empleo, sobre todo en lo concerniente a accesibilidad de las actividades formativas”. Y como últimos apuntes, aunque no por ello de escasa importancia, se detectan, por un lado, en ambas ciudades, grandes barreras arquitectónicas y problemas de accesibilidad, “muchos problemas de accesibilidad”, según la presidente del CERMI Ceuta. Y por otro, según García Huete, existen necesidades de mejora del tejido asociativo de apoyo a personas con enfermedad mental en ambas ciudades, en Melilla, además ,de personas con discapacidad física.

Si bien, apunta también el experto: “El movimiento asociativo de Ceuta y Melilla cuenta en general con algunas ventajas comparativas respecto al de otros territorios en España. Uno de ellos es la cercanía y familiaridad que el tamaño pequeño de los municipios permite para afrontar cualquier tipo de necesidad, establecer alianzas y la negociación con las administraciones. Es también destacable, aunque con excepciones, que el movimiento asociativo no ha generado grandes estructuras especializadas. Ambos factores les sitúan en una posición ventajosa para promocionar el uso de los recursos comunitarios de forma prioritaria”.

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